El área de Medio Ambiente recuerda las precauciones que debemos tomar ante la «procesionaria»
La procesionaria del pino puede producir diferentes tipos de daños, que afectan a las plantas, animales y seres humanos.
La «procesionaria del pino» está considerada como la plaga más importante de los pinares de nuestro país. Debe su nombre a que se desplaza en grupo de forma alineada, a modo de procesión. Durante los meses de febrero y abril, las orugas descienden al suelo desde sus nidos, en esas características hileras.
La procesionaria del pino produce dos tipos de daños:
– El primero, afecta a las plantas. Las orugas se alimentan en invierno de las hojas de pinos y cedros, provocando que éstas se sequen y caigan. El daño más importante lo hacen desde el final del invierno hasta mitad de la primavera, cuando las orugas son más grandes y voraces.
– El segundo efecto puede afectar a animales y seres humanos. Las orugas de la Thaumetopoea pityocampa provocan un importante efecto urticante y alérgico, en ocasiones muy graves.
Además pueden causar trastornos graves a nuestros animales de compañía, especialmente los perros, que pueden llegar a morir por el efecto sobre su lengua, ya que la inflamación puede ahogarles. En caso de que se produzca un contacto, se recomienda acudir al veterinario de referencia con prontitud.