Fue una invitación a mirar de frente tres cuestiones esenciales de la experiencia humana: nuestra relación con la muerte, los procesos de duelo y cómo acompañar los duelos de otras personas.
Con motivo del Día de los Difuntos, el Ayuntamiento de Manzanares El Real en colaboración con dosabrazos, organizó la conferencia “Hojas de otoño: cómo abordar el duelo”.
El encuentro, celebrado el 2 de noviembre en el aula de la Biblioteca Municipal Concha Méndez, congregó a un grupo de vecinos de Manzanares y pueblos de alrededor, motivado e interesado en comprender mejor estos temas. La conferencia, impartida por Carlos Hernández —sociólogo, trabajador social, profesor universitario y director de DosAbrazos— se desarrolló en un ambiente cálido y amable, sin dramatismos, pero con la claridad y la profundidad necesarias para hablar de lo que tantas veces se silencia.
Hernández, autor de obras como “Un intruso en la familia” o “Nadie debería morir solo”, guió a los presentes por un recorrido reflexivo en torno a tres dimensiones del duelo:
- Nuestra relación con la muerte, y la necesidad de reconciliarnos con ella como parte natural de la vida.
- Los procesos de duelo, entendidos no como enfermedad, sino como una experiencia emocional que requiere tiempo, comprensión y acompañamiento.
- El acompañamiento a otros en duelo, aprendiendo a estar presentes sin herir, incluso cuando las palabras no bastan.
A través de preguntas como “¿Cómo se aprende a dejar marchar sin olvidar?” o “¿Cómo acompañar sin invadir ni minimizar el dolor ajeno?”, el ponente ofreció herramientas para afrontar las pérdidas desde la empatía, el optimismo y la humanidad.
Este tipo de iniciativas impulsadas por el Ayuntamiento, y sin coste alguno, ayudan a fortalecer los lazos comunitarios y humanizar la mirada colectiva sobre temas trascendentales como la muerte y, devueven a esta fecha su tradición y sentido más profundo: recordar a quienes ya no están y cuidar el modo en que los recordamos.
Hernández subrayó además la importancia de no perder la tradición del Día de Difuntos, una jornada que, más allá de lo religioso, invita a detenerse, a hacer memoria y a reconocer que recordar también es una forma de seguir queriendo.