Este proyecto europeo promueve la inclusión social, comunitaria y digital de personas mayores de 65 años mediante el pilotaje de metodologías innovadoras de intervención social
Durante la jornada de hoy, han participado la responsable de programas de personas mayores en el Área de Empleo e Inclusión Social de Fundación Santa María la Real, Marta Prieto; el Jefe de División de Envejecimiento Activo y Prevención de la Dependencia de la Comunidad de Madrid, Alfonso C. Garza; la presidenta de la Mancomunidad de Servicios Sociales Las Cañadas, Soledad Ávila, así como responsables de los ayuntamientos de Manzanares El Real, El Boalo, Miraflores de la Sierra y Soto del Real, han visitado hoy el primer piloto del programa “Red Salvia”, para conocer la experiencia de sus participantes, que están a punto de finalizar sus actividades en este mes, y además, se ha hecho un balance del programa, poniendo en valor su metodología de intervención, los hitos logrados y los aprendizajes compartidos a lo largo de su desarrollo.
“Red Salvia” es la iniciativa europea que arranca en este 2025 con el propósito de mejorar el bienestar social de las personas mayores de 65 años en situación de vulnerabilidad. El principal objetivo es mejorar su calidad de vida y el envejecimiento activo, así como prevenir situaciones de aislamiento o soledad no deseada.
“Red Salvia-Innovación para la mejora de la calidad de vida de las personas mayores” está impulsado por Fundación Santa María la Real, con la cofinanciación del Fondo Social Europeo Plus (FSE+), con cargo al Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social, en su Eje Prioritario 6, como proyecto de innovación social. Cuenta con la colaboración de la Comunidad de Madrid y de la Mancomunidad de Servicios Sociales Las Cañadas.
“Es enriquecedor haber podido conocer las historias de transformación de las personas participantes tras su paso por el programa. También haber reflexionado durante el evento sobre el cambio de enfoque, la adquisición de nuevas habilidades y la importancia de la colaboración y la formación continua”, ha destacado Marta Prieto, de Fundación Santa María la Real.
La Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, a través de la Dirección General de Atención al Mayor y a la Dependencia, enmarca esta colaboración en la Red de Atención a Mayores en Soledad, en la que participan la Mancomunidad de Servicios Sociales Las Cañadas y la Fundación Santa María la Real. Con esta línea de colaboración, la Consejería apoya a las Entidades Locales en el desarrollo de actuaciones en materia de envejecimiento activo y atención a mayores en soledad.

Este primer piloto se ha desarrollado de septiembre a diciembre y han participado personas mayores de 65 años residentes en los municipios de la Mancomunidad de Servicios Sociales Las Cañadas de la Comunidad de Madrid. En total han sido 16 personas mayores, que se han reunido en Manzanares El Real, en horario de mañana, con el acompañamiento de especialistas de Fundación Santa María la Real.
Cada persona ha aportado su propia experiencia y conocimientos, favoreciendo el aprendizaje mutuo, el fortalecimiento del equipo y el sentimiento de utilidad personal y social.

Este proyecto, que seguirá desarrollándose en otros territorios, contará con la colaboración de entidades públicas y privadas a través de su ‘Red de entidades’, a la que pueden sumarse tanto organizaciones españolas como del resto de Europa. Se fomenta el debate y diálogo sobre medidas innovadoras, se intercambian experiencias y se analizan buenas prácticas para reducir el aislamiento social de las personas mayores.
En la acción formativa se desarrolla el fortalecimiento de áreas como la alfabetización digital, la capacidad funcional, la participación social, la promoción de la salud, las habilidades sociales y el aprovechamiento del ocio y el tiempo libre. Todo ello favorece la inclusión y la participación de las personas mayores.
A través de la implementación de proyectos piloto, como este en la Comunidad de Madrid, se aplican los resultados de la investigación social realizada y analizan las mejores prácticas para integrarlas en las metodologías de intervención. Todo ello permite desarrollar estrategias más efectivas para mejorar la inclusión social de las personas mayores. Además, se evalúan los resultados obtenidos y aplican mejoras continuas para optimizar el impacto de las siguientes acciones.
