Entrega de premios del IV Concurso de relato breve: Ruth Cabero

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Ayer, en la Sala El Rodaje, se otorgaron los premios de esta nueva edición del Concurso de Relato Breve “Ruth Cabero”, en homenaje a la que fue víctima de violencia de género y activista por los derechos de las mujeres Ruth Cabero Martínez.

01/12/2025
Este concurso, enmarcado dentro del 25N, pretende fomentar la conciencia y el compromiso social frente a la violencia contra la mujer. Durante esta tarde se ha dado a conocer las obras premiadas de esta nueva edición y que ha contado con un variado número de relatos que han destacado especialmente por su nivel literario.
El premio al relato ganador ha sido otorgado a:
David San Mateo Martín con su relato “No costilla. No sombra. No objeto”.
En el principio era el Verbo.
Y el Verbo hería: cada palabra humillaba, cada silencio castigaba. La semilla del
dolor comenzaba a germinar.
El primer día fue la luz.
Él apareció como un resplandor que deslumbraba. Sus halagos brillaban, pero entre
destellos, la sutil crítica: “Ese escote”, “No te rías así, es de tontas”. La luz le hizo
sombra y ella lo confundió con cuidados.
El segundo día separó el cielo y las aguas.
Como un firmamento que divide, marcó distancia con amigos y familia. Poco a poco
la dejó aislada, encerrada en un cielo que no era suyo. Comenzó la angustia.
El tercer día separó la tierra de las aguas y dio sus frutos.
La convirtió en territorio conquistado. Trazó fronteras, arrancó amistades de raíz y
cubrió su suelo de culpas. Su vida se volvió árida bajo su sombra, todo germinaba
bajo el peso de su voz. La desesperación afloró.
El cuarto día el sol y la luna.
Llegó el control del tiempo. Cada rayo de luz y cada sombra median pasos y
silencios. Él dictaba cuándo hablar, cuándo reír, cuándo callar, a dónde y cuándo ir.
Día y noche se volvieron prisión. Llegó el miedo.
El quinto día surgió el animal.
El Verbo se volvió grito, y el grito golpe. Quebró su cuerpo, ensució su dignidad. El
dolor inundó su carne, su aire, su mente. Lágrimas. Sudor. Sangre.
El sexto día se vio humana.
Se reconoció en el espejo roto: no costilla, no sombra, no objeto. Persona. Mujer.
Voz. Tomó el teléfono. Denunció. Ya no hay miedo. Despertó. Renació.
El séptimo día descansó.
Del Verbo, del grito, del golpe. Respiró libre, dueña de sí misma, de su cuerpo y de
su tiempo. Desterró al Verbo. Cerró la puerta. Respiró. Saludó al sol. Sonrió de
nuevo.
Libre

Además ha habido un accésit especial a:
Sophie Álvarez-Vieitez Pons con su relato “El silencio que despertó”.
 
 
Nunca logró identificar el momento en que todo comenzó.
Quizás fue el instante en que dejó de expresar sus pensamientos,
o tal vez cuando aprendió a sonreír sin autenticidad para evitar preguntas que no podía
responder.
 
Sentía una opresión constante en el pecho,
como si una fuerza invisible la empujara hacia dentro,
mientras el aire se resistía a entrar por completo.
Un peso en los hombros.
Una quietud que no era calma.
Su voz se volvió cada vez más suave,
sus risas más escasas,
y sus gestos medidos,
como quien camina sobre hielo frágil.
 
A veces bastaba una mirada suya para que el cuerpo se le tensara.
Otras, su voz rompía el aire
y el miedo llegaba antes que las palabras.
 
Nada la ataba a él,
pero no conseguía marcharse.
El miedo era paciente, astuto,
capaz de disfrazarse de rutina, de ternura, de promesas.
 
Hasta que un día, sin pensarlo, abrió la ventana.
Una ráfaga de aire entró con una fuerza desconocida,
hizo volar las cortinas, desordenó el silencio.
Sintió algo romperse dentro, aunque no se escuchó sonido alguno.
Solo un silencio nuevo,
puro, distinto.
 
No supo si era libertad o vértigo,
pero dio un paso.
Pequeño, torpe, suficiente.
 
Y esta vez, el aire no la empujó hacia dentro,
sino que la sostuvo,
la nombró,
la salvó.
Despertó.

Las personas finalistas han sido:
Rosa Mª Ruiz San Juan con su relato “El casting”.
David San Mateo Martín con su relato “No costilla. No sombra. No objeto”.
Inés de Loyola Morrondo Escorial con su relato “Un grito desconsolado ahogado”.
Juan Manuel Hontoria Martín con su relato “Después del ruido”.
Sophie Álvarez-Vieitez Pons con su relato “El silencio que despertó”.
Desde el ayuntamiento queremos agradecer profundamente la presencia de la familia de Ruth Cabero en este sentido acto homenaje.
¡Y enhorabuena a las premiadas y premiados!
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